jueves, 21 de julio de 2011

Dios.

Dios:

Es amor.
"El amor pasará de moda": 
Hablemos de Adán. Hablemos del boludo ese que se la pasaba en el paraíso jugando a la Wii en un televisor led de 42 pulgadas mientras comía de un tacho de Pringles de queso y cebolla mágico que nunca se acababa y se servía Coca Cola de las canillas. Hablemos de él, que no supo plantarse lo suficiente cuando dijo "¡Pará loco! ¿Qué estás por hacer? ¡Esa costilla es mía! Ubicate un poco, vieja. ¿Te pintó la de Jack el destripador? No es así, Dios. No podés ir por la vida arrancándole pedazos a la gente para crear a otra, tráeme un perro si querés que tenga compañía".
Pero a Dios, que es malvado y no le tembló el pulso al momento de ponernos personajes espantosos en nuestro mundo como Hitler, Videla o las hermanas Xipolitakis, tampoco le tembló cuando miró a Adán y le dijo: "¿Te hacés el loco? ¡Te voy a dar el peor de los males maldito hippie que se la pasa desnudo por mi jardín! ¡Te voy a dar alguien para que te enamores!".
Y así Adán se enamoró de Eva, que era bastante turra y se la hizo pasar  mal a Adán hasta que Dios los terminó echando del paraíso. Ambos terminaron estudiando Letras en Puan.
Bueno, la historia no fue tan así, pero podría ser. ¿Sería justo hablar de Adán como el primer boludo? ¿Podríamos echarle la culpa de todo? Probablemente no, pero tengo fundamentos estudiados en diferentes universidades norteamericanas, o tal vez no y voy a declarar que sí porque si no se me cae todo el resto que tengo preparado. Desde hace miles de años el amor nos ha hecho mandarnos cagada tras cagada. Adán renunció a las gaseosas y los snacks ilimitados por una boluda que se comió una manzana. Cualquier persona en su sano juicio hubiera gritado "¡Hechicera! ¡Hay que quemarla! ¡Es una bruja!" y se hubiera salvado de la expulsión del Disneylandia versión Antiguo Testamento.
Pero Adán no era una persona en su sano juicio, era una persona enamorada.
¿El amor es algo natural? ¿No es una construcción cultural? Antes la gente se prometía amor para toda la vida. Pero cuando se implementó eso, "toda la vida" eran 35 años cuidándote con las comidas con toda la furia. Ahora que llegamos a bancárnosla todo un siglo, ¿cómo se puede sostener eso? ¡Es una locura! Deberíamos dejar de prometer el amor. En realidad, deberíamos dejar de usarlo.
Me imagino en un futuro a la gente hablando del amor como se habla ahora de las cosas con hombreras. "¿Te acordás cuando todavía se usaba el amor? ¡Qué horror! Yo lo usé un par de años, no quiero ni ver fotos de esa época."
Todo pasa tan rápido que ni nos damos cuenta. El amor tarde o temprano también pasará de moda. Pero lamentablemente... parece que siempre me gustó lo retro.

Es Fútbol.
"Maradona, Charly y otros cuentos":
Soy la mina mala onda que no entiende cuando alguien quiere comparar su pasión por la música con la de otro por el fútbol: una es arte, lo otro un deporte, no hay nada que discutir. Soy la que en medio de un partido pregunta qué tiene de divertido el ver correr una pelota a once hombres adinerados que se acuerdan cada cuatro años de que son argentinos. A lo que voy es que si hay un ejemplo de alguien a quien no le gusta, no le interesa y que no piensa escribir sobre el próximo Mundial soy yo. En ese caso, habría que preguntarse por qué alguien tan escéptico con respecto a este tema siente la necesidad y la afinidad como para estar hablando de él. Creo que para ello hay una sola respuesta y todos sabemos cual es (esto es para que se sienta mal el que no entendió)
Galeano dijo una vez que Maradona era un Dios pecador, lo que lo volvía el más humano de todos los dioses. Tengo 19 años, lo que significa que casi no vi jugar a Diego porque era muy chica cuando él ya se estaba despidiendo del fútbol.  Viví más a ese Diego pecador que a aquel que supo regalar alegrías a todo un país y es por eso que jamás entendí ese fenómeno que provocaba. Me parecía un tipo en franca decadencia que se peleaba constantemente el podio por quién sufría la peor resaca posgenialidad junto Charly García. Otro Dios muy humano.
Pasaron los años y pude lograr entender por qué este tipo con una personalidad tan chocante podía representar tanto a un país. Me tomó tiempo descubrir que también había una sola respuesta para eso: Todo tenía que ver con el merchandising que Dios (el del cielo) quería tener en el mundo, específicamente en Argentina, más específicamente el barrio de once. Él quería que su imagen recorriera el mundo. Al ser comparado con un buen jugador de fútbol, sólo iba a generar simpatía en todo aquel que lo nombrara, ya que ponían a un humano a la altura de. ¿A la altura de qué? Siempre me pregunté.. los ateos que siguen a Maradona, ¿le dicen Hendrix?, onda Diego Armando Hendrix de Zappa. En fin, parece que el mercado está MÁS ALLÁ de todo.

F.C

viernes, 1 de julio de 2011

Salir a cenar.

Los argentinos somos muy de ir a cenar. Nos gusta y lo hacemos mucho. Pensé en eso.


HAY VERDADES, CASI LEYES:


Las papafritas claramente son de todos. Por más que las haya pedido uno solo y las vaya a pagar a él, son un patrimonio común a los comensales de la mesa y no corresponde que el ‘dueño’ se moleste ni nada por el estilo. Si pedís papafritas, sabés a lo que te atenés. Lo mismo que cuando sacás un paquetito de Halls y hay tres personas alrededor tuyo. Te van a pedir y vas a DAR, no te sientas mal por eso. 


El pan y la manteca son una tentación del diablo. No porque ‘engorden’ ni ninguna de esas estupideces, sino simplemente porque vos pediste un plato que te va a salir carísimo y estás frente a la comida más barata, rápida, rica y adictiva del restaurant. En especial cuando hay panes redonditos. 


Van a cambiar cosas en todo el Cosmos e incluso van descubrir la cura contra el cáncer, pero hay cosas que no cambian. Las botellitas de vidrio de gaseosas por ejemplo.


Se dejó de usar el pinchito aquel para poner la cuenta y ahora la colocan dentro de una especie de librito. ¿Cuándo desapareció el pinchito? ¿Por qué? ¿Lo consideraron peligroso? ¿Marley se lastimó el dedo y pidió que lo cambien? Misterio. 


Nadie sabe por qué le preguntamos al mozo: ‘Está buena la entraña?’. Mirá, es el mozo. Trabaja ahí. No creo que te diga que está fea. Tiene que ser un mozo o muy hijo de puta o muy fiel a sus convicciones para decirte la verdad (y es un mozo).


HAY DIFERENTES TIPOS DE MOZOS:


El mozo clásico: Imposible tener más arrabal encima. El mozo clásico de Buenos Aires que transpira tango. Son esos mozos viejos con chaleco que se trasladan rápido por el restaurant en el que trabajan desde hace 30 años. Los que siempre están serios y te hablan seco, pero son efectivos como pocos. Pueden apoyar en su antebrazo cinco platos sin que se les caiga uno. Cuando destapan las botellas, levantan la vista y controlan con la mirada todo lo que pasa en el lugar.


El mozo poeta: Generalmente es gente mayor también, pero más posmoderna. El mejor ejemplo que tengo trabaja en el restaurant ‘El Anticuario’ de Mar del Plata y yo lo llamo César. Tipos que sienten la comida, casi que tienen sexo con ella. La describen con precisión y apelan al uso de metáforas. Usan otro tipo de vocabulario. César, por ejemplo, no mezcla las ensaladas, las 'traspola'.


Los mozos que tienen que estar buenos: Se los encuentra en Palermo. Muchachos jóvenes, fornidos y bien parecidos. Prolijos. Jamás en su vida van a tener las habilidades del mozo clásico, pero caen bien porque son simpáticos y macanudos. Los que trabajan en la confitería del Malba son así y parecen arqueros de la B nacional.


Las mozas que tienen que estar buenas: Onda pub. Mujeres con cuerpos voluptuosos. La mayoría de los hombres sienten que lo hacen por ellos, que tienen ese cuerpo y que se pasean por ESE restaurant sólo por ellos y hasta suelen hacerle piropos y reírse cuando la chica se va sonriéndo falsamente.


La moza indie: No le gusta que la llamen moza, porque ella no se considera así. Simplemente es una persona que justo está atendiendo un café. Tal vez el lugar es de un amigo suyo y ella está ayudando por el momento. Tal vez ella es la dueña, pero sigue sin ser una camarera. Discretas. O son muuuuy suaves o medio mala onda con cara de insatisfechas. Parecen sacadas de una película europea. Hay algunas en Palermo y en los bares aledaños a facultades.


El mozo ‘copado’: Es, básicamente, el del Hard Rock. Un idiota que antes de saludarte te dice que se llama ‘Gastón’. Se hace el gracioso y tira chistes pésimos que como no tienen remate, terminan con un ‘jajaja joda’. Cada dos minutos dice ‘chicos’. ‘Chicos, qué van a tomar, chicos? Dale, chicos.’ Me retrotrae a los tarjeteros. Quién le dijo a esta persona que ESO es caer bien?


HAY PROBLEMAS CON LA CUENTA


Un grupo de amigos la pasa muy bien cuando va a cenar. El problema es cuando llega la cuenta. No porque sea mucho, sino porque cada uno de nosotros se enfrenta al mismo problema.
-A ver cuánto soy yo
-Pasame la cuenta
-Pará
-Dámela
-Bancá
*otro la toma*
-Decime cuánto soy yo
-Vos sos 54.
-Eh? Ni ahí.
-Ey, pásenla para acá.


Ese es el primer problema, que pasan dos horas hasta que cada uno logra poseer la cuenta por un minuto y hace bien su suma. Pero hay un obstáculo mucho peor a vencer. Este:
-Yo pago con 100.
-Yo también tengo 100 pesos.
-Yo también.
-Alguien NO tiene un billete de cien pesos?
-Yo tengo 50, pero no comí.


La permanencia del grupo de amigos en el restaurant puede durar toda la noche. Pasan las horas y cada uno sigue mirando preocupado su billetera, como si mirándola fijo pudiera aparecer cambio de la nada, billetitos de San Martín, Belgrano y Rosas. Después de mucho meditarlo, te cagan a VOS. 
-Hagamos una cosa. Pagá vos y nosotros después te devolvemos.


Aclaración: ese sistema NO funciona. Lo probaron en más de cincuenta países y siempre hubo uno al que lo terminaron estafando. 

Teoría de la Mirada Penetrante y Profunda:

"Te quiero, le dije. Y él me aplicó la técnica de MPP o Mirada Penetrante y Profunda".
Hilemos fino. MPP es una mirada masculina que data de toda la vida y que la mujer instintivamente (nadie habla de este instinto, pero viene incorporado en la femeineidad) traduce a "me miró con cara de..." seguido de un párrafo con contenido emotivo pegajoso más conocido como "de cosas lindas", que la mujer atribuye a una discapacidad verbal en un área del cerebro que tiene que ver con la expresión sentimental. Ejemplifique: “le dije que lo quiero y me miró con cara de que él también, de que me extraña todos los días, que me mira el Facebook y no le gustó nada que me comenten la foto en bikini, no sé cómo explicarte, pero me miró y yo no necesité más nada, es obvio que a él le pasa lo mismo que a mí.”
¿Por qué son tan ingenuas de rellenar sus vacíos con todo lo que les gustaría escuchar? El tipo no te quiso decir que él también, punto. No hay nada para entrever. Encima, algunos, los más audaces, la hacen premium y le introducen el plus Beso Seguro post mirada. Beso que se interpreta como un sello de todo lo que se descubrió en MPP, como una rúbrica, una confirmación: “sí, siento todo eso que vos pensás que siento pero soy tan incapaz de manifestarme porque tuve una mamá sobreprotectora que este es mi único canal de transmisión. Pd: es increíble cómo nos entendemos”.
Así que al final ella le dijo que lo quiere y él, con esa mirada sostenida, lo convirtió en un te quiero retórico, dejando que se ilusione en base a sus propias ilusiones, dejando que lo imagine en su mesa de navidad, riendo con esas carcajadas que incluyen tirar la cabeza para atrás y golpear la mesa o la pierna con la palma de la mano como pidiéndole pido a la diversión.